Virosis actuales; Dengue y Gripe Porcina

por | May 1, 2009 | Salud de la Mujer, Vivir más años

Estamos en la actualidad en presencia de un desarrollo fuera de los parámetros habituales tanto en frecuencia como de los agentes virales habituales, constituyendo en algunos casos verdaderas pandemias.

Cuando hablamos de pandemia, nos referimos a un aumento en el número de casos que se presentan por sobre las cifras “esperables” para determinada época del año y fuera de una zona  geográfica delimitada, es decir “sin fronteras”.

El factor etiológico de estas patologías es el virus, agente infeccioso que tiene distintos tipos y a su vez distintos serotipos dentro de un mismo nombre.

Una particularidad de estos virus es la capacidad de mutar, es decir cambiar o combinarse y también variar su virulencia o capacidad agresiva.

Los principales agentes en nuestros días, son los que ocasionan el Dengue y la Gripe Porcina.

Si bien ambos ya eran conocidos se han desarrollado en forma preocupante.

Las herramientas que cuenta la medicina para estos agentes infecciosos, es limitada a vacunas o antivirales solo para algunos casos.

Por lo tanto es importantísimo poner énfasis en las medidas preventivas.

En el caso del Dengue:

Trasmitido siempre por un vector (no de persona a persona), en este caso el mosquito Aedes Aegypti. Por lo que las medidas fundamentales serán combatir el mosquito y estar atentos a la presencia de síntomas que hagan sospechar esta enfermedad para realizar la consulta médica.

  • Desechar todo recipiente con agua (fuera y dentro de la casa), desde una pileta de natación hasta un florero (se desarrolla en muy poca cantidad de agua).
  • Usar barreras físicas (mosquiteros), insecticidas o repelentes (con precaución) preferentemente naturales (con citronella).
  • No exponerse en horas claves (mañana y atardecer) sin cubrir el cuerpo o estar en lugares con mucha vegetación y agua.
  • No tomar aspirinas para evitar complicaciones si se estuviera en presencia de una cepa hemorrágica. Usar paracetamos.
  • Los síntomas fundamentales de la enfermedad son: fiebre alta, mialgias y artralgias (dolores musculares y articulares), cansancio, dolores de cabeza y en especial retrocular, erupciones en piel, presencia de ganglios, síntomas de resfrío y en casos más graves sangrado y shock.

No hay vacunas ni tratamiento específico para esta enfermedad, pero la consulta al médico permitirá hacer diagnóstico diferencial, implementar medidas paliativas y controlar la evolución hacia presentaciones de mayor compromiso orgánico.

 

En el caso de la Gripe Porcina.

Este virus es propio de los cerdos, virus tipo influenza A con compromiso respiratorio. El más común es el H1N1 que se ha trasmitido al ser humano.

Es llamativa la particular virulencia que se ha desatado en la actualidad, posiblemente por mutaciones derivadas de infestaciones combinadas con otras cepas.

En este caso la rapidez de la diseminación se debe al tipo de contagio persona a persona, a través de saliva o secreciones respiratorias.

No se trasmite a través de la carne de cerdo, pero tener la precaución de cocinar bien la carne ya que el calor lo destruye.

No hay vacunas para esta enfermedad y no se tienen evidencias aún que las vacunas para la gripe común, sean útiles en este caso, pero sí podría atenuarlo al estimular la inmunidad.

Son efectivos solo dos tipos de antivirales como el oseltamivir ( Tamiflu de Roche) o el zanamivir. Dada la gran demanda este medicamento está en falta.

La enfermedad puede desarrollar rápidamente complicaciones respiratorias, por lo que se debe consultar en forma precoz.

  • No exponerse a personas que tengan sintomatología de resfrío o gripe. Mantenerse a cierta distancia o protegerse con barbijos, pañuelos u otro elemento. Especial cuidado con personas que hayan estado en zonas de epidemia (Méjico) o en contacto con ellas.
  • Síntomas frecuentes: fiebre, tos, resfrío, dolor de garganta, cansancio e inapetencia, secreciones bronquiales, cansancio con dolores musculares y articulares. En formas avanzadas se acentúan estos síntomas pudiendo agregarse falta de aire y shock.
  • En caso de estar con síntomas respiratorios, mantenerse con barbijo para evitar el contagio a otros, en especial a niños, ancianos o inmunodeprimidos. Lavarse las manos frecuentemente y no tocar directamente las secreciones, en este caso higienizarse bien.
  • No esperar a la consulta ya que esta enfermedad se desarrolla en forma rápida. De esta manera se podrá hacer un diagnóstico precoz y comenzar el tratamiento si se dispone del antiviral o tomar las precauciones para evitar complicaciones.
  • Estas complicaciones se deben a descompensaciones respiratorias (distress respiratorio) o sobre infecciones bacterianas (neumonías lo más frecuente).

No se debe entrar en pánico sobre estimando algunos síntomas o contactos.

Preocuparse, es decir estar atento y tomas las medidas preventivas recomendadas.

 Dra. Alicia Ciapponi

Directora Médica de la Posada del Qenti

Y Qenti Médical

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