Los llamados “avances” y las formas de mercado que marcan un claro camino al consumismo, mind muestran una “realidad fantaseada” que lleva a creer que para divertirse mas, relacionarse mejor, alcanzar el éxito y hasta la felicidad, una persona debe consumir ciertos productos; proponiendo de este modo un modelo de “soluciones mágicas”;oprima una tecla… y obtenga resultados rápidos, beba alcohol… y se atreverá a relacionarse con las personas, tome un calmante… y siga con la carga.
De este modo se imprime una interminable lista de imaginarios de la realidad, que los medios masivos de comunicación y los interesados en vender sus productos, nos inculcan sin que los elijamos o nos demos cuenta. Dejando de lado al mismo tiempo, alternativas saludables y los “recursos internos”, que posee cada persona para el logro de tales fines
Cuando los recursos personales comienzan a ser reemplazados por otros (externos), deviene la perdida del propio control y la convicción de que sin “eso” no podemos satisfacer nuestras necesidades (dependencia), que sumados a otros factores (personales, sociales, familiares y hasta según algunos, biológicos), son componentes básicos de los trastornos adictivos.
El silencio, el miedo, y el sentimiento de culpa en estos casos no son los mejores consejeros. Por eso es conveniente hablar con alguien de confianza sobre lo que nos preocupa. Y en caso de ser necesario, consultar con un profesional idóneo, para detectar el problema a tiempo y poder actuar sobre el mismo. De ser así se vuelve imprescindible contar con la voluntad del paciente, su deseo de cambio y su compromiso con un tratamiento. Al mismo tiempo que el apoyo de la familia y sus amigos como grupo de contención.
Lic. Karina I. Piscitello
MP.: 6020