Las dietas restrictivas, indicadas para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, son limitaciones calóricas muy estrictas, que muchas veces no llegan a cubrir las necesidades de varios nutrientes esenciales y sostenidas por tiempos prolongados, terminan generando respuestas metabólicas adaptativas por parte del organismo, como por ejemplo el descenso del metabolismo basal (Es la energía mínima para las funciones metabólicas esenciales), pasando a funcionar el organismo a “modo ahorro”, frente al menor ingreso de energía.
Por tal motivo, posterior al descenso rápido y muchas veces de varios kilos iniciales, es muy difícil de sostener. Sumado a esto vemos que los descensos bruscos y rápidos alteran la composición del descenso, perdiendo mayor cantidad de tejido magro (perdida de masa muscular que contribuye a descender aún más el metabolismo basal).
Este tipo de dieta genera mayor ansiedad y stress que muchas veces son causante del sobrepeso, y son tomadas como “algo que realizo un tiempo, total después voy a poder comer como lo hacia antes”, por lo tanto no conducen a modificar hábitos o conductas.
El déficit calórico energético puede generar síntomas de cansancio o fatiga y dificultad para comenzar con un buen programa de actividad física, que sería la conducta ideal a implementar para no solo contribuir a la quema de grasa; sino también a mantener y/o aumentar la masa muscular.
Este tipo de dieta pueden cumplir muchas veces con las expectativas de gran cantidad de pacientes que vienen buscando resultados mágicos, con objetivos planteados únicamente en el simple descenso de peso y a cualquier costo, pero dejan de lado el objetivo más amplio que debe tener un abordaje serio y definitivo de esta enfermedad que incluya un aprendizaje continuo de cómo cambiar su conducta o forma de alimentarse en su vida diaria, en su trabajo y en las reuniones sociales. También generar un cambio en la actividad física que realiza; que no solo le permita el simple descenso de peso, sino que pueda mantener dichos descensos y adoptar una alimentación moderada, equilibrada, sin déficit de ningún nutriente para alcanzar su mejor peso posible y que permita además mejorar, corregir o prevenir las enfermedades más frecuentemente asociadas al sobrepeso como son la hipertensión arterial, dislipidemia (alteración de colesterol y otro tipo de lípidos), mayor riego de diabetes, apneas del sueño, problemas psicosociales como trastornos de ansiedad, depresión y baja autoestima.
Lo mejor que podemos hacer por nuestros pacientes es educarlos y enseñarles las estrategias a implementar en este proceso de cambios de hábitos, para que éste sea quien adopte una actitud de autocuidado que le permita alcanzar y mantener un peso saludable.
Dra. Viscovig Rosana
Médica Nutricionista.
La Posada del Qenti
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Gracias por tu articulo. Un cordial saludo.
Una vez mas te has superado, sin dudarlo impresionante artículo!!!
Saludos
Un excelente artículo y bastante aconsejable. Enhorabuena
Un articulo buenísimo con buenísimas recomendaciones que yo
mismo voy a aplicar y de esta forma en unos días les podré mencionar como ha ido mi experiencia y
compartirla con todos. Aun es posible que tarde un tiempo en venir a dejar mis
comentarios le voy a sostener notificado seguro de los
inconvenientes que voy ensayando cotidianamente tal como
las posibles dudas o bien mejoras que podamos introducir para hacer más rico este contenido.
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