Barras de cereal: ¿una opción saludable?

por | Ago 9, 2007 | Alimentación Saludable

Son prácticas, populares, y abundan en marcas y gustos de todo tipo. Claves para conocer su verdadera composición nutricional, cuándo es recomendable consumirlas y cuál es mejor para la salud de los chicos
Las barras de cereales aparecieron tiempo atrás como una opción fácil de transportar y como una fuente de calorías para pacientes deportistas y diabéticos. Actualmente su composición química varía entre las diversas opciones que existen en el mercado.


En general contienen un porcentaje elevado de hidratos de carbono, y en mayor o menor cuantía, fibras. Dentro de los hidratos de carbono, a veces se les disminuye su cantidad con el agregado de edulcorantes artificiales.
El tipo de grasas que poseen, que no siempre están presentes en un elevado porcentaje, no son grasas saturadas (de origen animal). Pero sí aceites hidrogenados (ácidos grasos o “trans”), que también promueven la formación de colesterol en el organismo.
Pros y contras
Como propiedades “beneficiosas”, podría decirse que sólo algunas poseen un pequeño porcentaje de fibras, que normalmente no son consumidas por niños y adolescentes en la proporción que deberían dentro de un plan de alimentación adecuado. De todos modos, la cuantía y tipo de fibra debería ser aportada por alimentos de origen natural.
Se puede considerar su consumo en ciertas circunstancias en las que es necesario tener en cuenta el fraccionamiento de la dieta para evitar largos períodos de ayuno, debido a la practicidad de su manejo y obtención.
Tanto en el adulto como en los niños, es importante que su consumo sea considerado dentro del valor calórico adecuado a la edad y condición del individuo. Un exceso en la ingesta (teniendo en cuenta lo antedicho acerca del total de calorías y a la calidad de grasas que poseen) podría no ser adecuado.
En el caso de los niños, las barras no deberían reemplazar una comida: no poseen un valor calórico, vitamínico y mineral que pueda equiparar a una comida completa.
Son “buenas” si forman parte de una dieta equilibrada, rica en productos naturales, con aporte calórico adecuado a la edad y actividad de quien las consume. Son “malas” si, por incrementar su consumo, conllevan un aumento de calorías y de grasas de mala calidad, impidiendo la ingesta de alimentos frescos y nutritivos.
En las escuelas podrían integrar los bares o kioscos, no dejan de ser una alternativa un tanto más “saludable” comparada con un paquete de papas fritas o palitos, cuyo contenido en grasas y sodio no es el adecuado.
Podrían considerarse sobre todo aquellas que tienen chocolate y una gran cantidad de azúcar, como golosinas por el valor calórico y el tipo de grasas que poseen, pero en general se incluyen en el grupo de snacks: pequeñas porciones que se ingieren entre horas, aunque en algunos casos , un poco más “nutritivas”. Para ser más “aconsejables”, deberían elegirse aquellas con poco azúcar, grasas y sodio.
La alimentación correcta para los chicos es aquella que les permite crecer en forma adecuada. Esto se logra con una variedad de alimentos con los cuales se puedan cubrir las vitaminas, minerales y el valor calórico recomendados para cada edad.
La indicación es un consumo de alimentos naturales, vegetales, carnes, lácteos y frutas. Se debe evitar el consumo de grasas saturadas y grasas “trans” que producen la formación de colesterol en el organismo. También es perjudicial el consumo excesivo de sal, azúcar y edulcorantes. Es muy importante la actividad física.

Fuente: Lic. Carolina Placentino
Departamento de Dietética y Alimentación
Hospital de Clínicas «José de San Martín»

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