El pomelo cuenta con muchas propiedades beneficiosas para la salud y gran versatilidad en la cocina, pero poco utilizado. Es un regenerador del sistema inmunológico y de las células, aumenta las defensas del organismo, tiene un efecto laxante y mejora el tránsito intestinal entre otros beneficios:
Tiene alto contenido de vitamina c y a, siendo un gran antioxidante interviniendo en los procesos degenerativos
Previene y combate los resfriados y gripes
Favorece la digestión de los alimentos ricos en grasas por sus ácidos orgánicos
Es rico en potasio y bajo en sodio, lo cual es beneficioso para la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Rico en fibra dietaria, la cual favorece el tránsito intestinal
Gran diurético siendo eficaz para la retención de liquido
Un pomelo mediano aporta 50 kcal aproximadamente
Se puede utilizar en preparaciones dulces (mermeladas, postres, budines) y agridulces (como salsas).
Jugo de pomelo, zanahoria y mandarina
Ingredientes
1 pomelo
2 zanahorias
1 mandarina
1 ramita chiquitita de apio
Edulcorante o stevia
800 g de agua
Preparación
Echamos la zanahoria pelada y troceada y el apio también troceado en el vaso de una licuadora o minipimer y licuamos.
Lavamos muy bien el pomelo y la mandarina. Le quitamos la cascara y los introducimos en el vaso, echamos el edulcorante y el agua, y volvemos a licuar hasta que quede homogéneo.
Los alimentos procesados industrialmente, las bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud. La OMS y el fondo mundial para la investigación del cáncer (WCRF) concluyen que las bebidas azucaradas, los snacks con alta densidad energética y las ‘comidas rápidas’ son causantes de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres.
Un estudio de OPS mostró que de 1999 a 2013, las ventas anuales per cápita de productos ultra-procesados aumentó continuamente en 12 países latinoamericanos, desplazando a dietas tradicionales basadas en alimentos y comidas saludables, como también se encontró que el aumento en la venta de productos ultra-procesados estaba asociado con un aumento del índice de masa corporal (IMC) de adultos en todos los niveles de consumo.
Qué son los alimentos ultra procesados
Las comidas preparadas con alimentos saludables están consistentemente asociadas con buena salud y un bajo riesgo de enfermedad. Esto se debe no sólo a su calidad nutricional, sino también a la sociabilidad que rodea las comidas. Sin embargo, el patrón tradicional de alimentación saludable está siendo desplazado por productos de comida y bebida ultra procesados, los cuales están aumentando rápidamente en los países de ingresos bajos y medianos.
Los productos y bebidas ultra-procesados (pup) son formulaciones listas para comer o beber. Se basan en sustancias refinadas, con una cuidadosa combinación de azúcar, sal y grasa, y varios aditivos. Incluyen bebidas azucaradas, snacks y ‘comidas rápidas’.
Comparados con los alimentos saludables y las comidas recién preparadas, los productos ultra procesados contienen menos fibra dietética, minerales y vitaminas, pero también más azúcar, grasas saturadas, sodio, y mayor densidad energética.
Una de sus características es que son fáciles de consumir, por lo que pueden fácilmente desplazar comidas y platos preparados a partir de alimentos que son nutritivos. Además se promueven y se ofrecen por mecanismos que son engañosos, pretendiendo imitar a los alimentos naturales o platos tradicionales, usando aditivos que reproducen aromas, sabores y colores. También crean una falsa impresión de ser saludables, mediante la adición de vitaminas sintéticas, minerales y otros compuestos, lo que permite a los fabricantes hacer ‘alegaciones de salud’, que son falsas.
La mayoría de estos productos son altamente rentables porque son producidos por empresas transnacionales y otras grandes corporaciones que operan economías de escala, comprando o manufacturando a precios muy bajos los ingredientes de su composición.
Las apreciables ganancias obtenidas son parcialmente invertidas en propaganda y marketing con el objetivo de tornar estos productos más atractivos y hasta glamorosos, especialmente para los consumidores vulnerables, como los niños y los jóvenes.
Las tendencias actuales en la producción y consumo de productos ultra-procesados, y los aumentos en cuanto al índice de masa corporal (IMC), posiblemente se pueden revertir mediante regulaciones y otras acciones como las establecidas para el control de la disponibilidad y publicidad de tabaco y alcohol, y aumento de su costo mediante impuestos . Esta regulación en la industria de alimentos debe abarcar el etiquetado, promoción y publicidad de los productos ultra procesados.
También se necesita mejorar la disponibilidad y accesibilidad de los alimentos saludables a toda la comunidad a través de una adopción de políticas específicas y acciones regulatorias para que las opciones saludables estén al alcance de toda la población y, sobre todas las cosas, respaldadas por programas educativos debido a que los niños y adolescentes pasan muchas horas en las instituciones, siendo este el lugar donde optan por comprarlos y consumirlos.
Otra de las muchas acciones necesarias incluye la protección de la agricultura familiar, la regulación de la publicidad de alimentos a los niños, y promover la adquisición de hábitos saludables, dentro de ellos el consumo de productos frescos como las frutas; y motivar las prácticas culinarias tradicionales y familiares.
Desde que comenzó la publicidad de los alimentos light y dietéticos, la mayoría de las personas siempre pensaron que eran lo mismo. Sin embargo, esto no es así.
Según el código alimentario argentino los alimentos dietéticos son aquella cuya composición ha sido modificada, y que se encuentran destinados a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales. Por ejemplo alimentos libres de gluten, infantiles, fortificados, suplementos dietarios y alimentos modificados en su nivel de glúcidos, lípidos, proteínas, minerales, o en su valor energético. No necesariamente son productos reducidos en su valor calórico.
En cuanto a la palabra diet, ésta no fue incluida dentro de los términos permitidos para declarar en la información complementaria de un producto, debido a que podía generar confusión entre los consumidores.
En cambio para que un producto sea considerado light, debe cumplir con ciertos requisitos previamente definidos en la norma; Dicho alimento cumple con el atributo “bajo” cuando es especificado en una norma o ha sido reducido en un mínimo del 25% en su contenido energético o en el nutriente declarado respecto del alimento o producto original, es decir del producto de la misma marca, el cual no es light. Dentro de los términos contemplados se encuentra el atributo “light” (bajo, leve, reducido, liviano) que puede aplicarse a valor energético, carbohidratos, azúcares, grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio.
Hay que saber también el hecho de que un alimento sea light no significa necesariamente que sea reducido en calorías; inclusive, su valor calórico puede ser igual o mayor, ya que pueden disminuir el porcentaje de un nutriente pero aumentar el otro para otorgarle un sabor o consistencia al producto original. O también que un producto light de una marca determinada, sea más calórico que un producto no light de otra marca.
Hoy en día ante tanta oferta de productos light es imprescindible entender que no es correcto asociar la expresión light con reducción del peso o dieta baja en calorías. Los productos “light” no siempre ayudan en un plan de descenso de peso, e incluso pueden aportar azúcares o grasas en cantidades para nada saludables.
Por eso es muy importante saber leer e interpretar el rotulo nutricional de cada producto para poder hacer una buena elección en la compra y un uso saludable del mismo.
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