7 Claves para cuidar tu figura en otoño sin comer de más

7 Claves para cuidar tu figura en otoño sin comer de más

A veces usamos el frío como excusa para mantenernos adentro de casa, sin movernos, comiendo más de lo debido. Te presentamos 7 consejos para que este otoño logres continuar con una vida sana, activa y una alimentación saludable.

7 claves para no engordar en otoño:

  • Mantenerse activo, la OMS recomienda realizar 30 minutos diarios de actividad física.
  • Mantenerse hidratado, tomar 8 vasos de agua al día, recordemos que las infusiones, el mate, los jugos, deben ser extra al litro y medio de agua diario.
  • Hacer un buen desayuno, es la principal comida del día, debe incluir una porción de lácteos (leche, yogur o queso descremado), una porción de carbohidratos, siempre integrales (1 rebanada de pan integral, una porción de cereales integrales/muesli) y una fruta, que me aporta fibra y vitaminas.
  • Incluir verduras, crudas y cocidas, en almuerzos y cenas.
  • Consumir carnes magras a diario, cuidando la porción, y combinándolas con verduras.
  • Incluir en nuestro plato carbohidratos integrales todos los días, pastas integrales, arroz integral o yamani, legumbres, cuidando la cantidad, y combinándolos siempre con verduras.
  • Realizar 4 comidas al día, no saltearlas y evitar los “picoteos”

Lic. Sofía Lanzeni – MP 3672

Área de nutrición

La Posada del Qenti

¿Por qué cuesta tanto adelgazar y sostenerlo en el tiempo?

¿Por qué cuesta tanto adelgazar y sostenerlo en el tiempo?

Después de realizar un plan alimentario nos encontramos con el desafío de sostener los cambios logrados en nuestro organismo, por eso es aconsejable no  “aburrirse” comiendo siempre lo mismo y explorar nuevas opciones alimentarias de la mano de nuestros nutricionista de confianza.

A medida que van bajando las reservas de grasa, nuestro cerebro lo registra y envía una señal que se traduce en “ganas de comer cosas que no deberíamos” ya que el fenotipo de obesidad – thrifty gene – si está activado en nosotros, va a interactuar con diferentes glándulas cerebrales como la amígdala cerebral, el hipotálamo y/o la corteza cerebral, abriéndonos más el apetito, aumentando la salivación y la imaginación de comidas que no deberíamos comer e incluso haciendo que comamos más rápido de lo que deberíamos hacerlo, sin saborear, sin masticar lo necesario y sin disfrutar  de la comida. En definitiva, para sostener nuestro peso es vital que hagamos el esfuerzo de cocinarnos o bien de comprar viandas preparadas por profesionales y de esta manera evitar el error de comer “lo que haya”.

Para no perder estos hábitos construidos es necesario “comer con placer”, si o si hay que buscarle la vuelta a lo que vamos a ingerir para verlo diferente, no como un mero plato de dieta, sino como una experiencia sensorial completa con diferentes componentes, colores, sabores y cocciones. Saboreemos todo, masticando despacio y disfrutando.  El placer da saciedad y todo lo que sea ocupar el cerebro en otras cosas como ser los aromas, los colores y las formas ayuda al disfrute del plato.

Si tenemos hambre real es porque comimos menos de lo necesario, entonces ahí es cuando pueden aparecer las tentaciones de comer cualquier cosa y al ser real solo se calma con alimento entonces el secreto es comer comida sana pero comer,  porque si sufrimos hambre el thrifty gene va a generar respuestas de que comamos algo con muchas calorías en poca cantidad.

En cambio si nuestro apetito es emocional (ganas de comer algo especial) el thrifty gene no se va a calmar con cualquier cosa, solo se sacia con lo que se nos antojó… Entonces comamos eso pero controlando la porción ¡y listo! nos dimos un gusto pero controlado.

Otra clave para sostener los cambios de hábitos es la actividad física, empecemos de a poco con algo que nos guste de ser posible. Ver que a medida que nos movemos vamos ganando flexibilidad – disminuimos nuestras medidas de la cintura – la ropa nos queda más cómoda y podemos hacer cosas que antes nos costaban, como agacharnos y ponernos los zapatos o atarnos los cordones, contribuyen a la motivación cotidiana para sostener la actividad en el tiempo.

Por último, como parámetro certero de control medirse la cintura a nivel del ombligo entre la última costilla y la cadera nos da el parámetro del riesgo cardiovascular que tenemos. Si la medida es entre 80 y 88 cm en la mujer el riesgo es leve, en el hombre entre  los 94 y 102 cm y suele ser más efectivo que pesarse solamente porque la baja de peso puede ir más lenta si estamos ganando masa muscular con la actividad física que realicemos.

Por todo esto los controles con nutricionistas y clínicos con laboratorios y ecografías abdominales nos va a ayudar a seguir alcanzando un estilo de vida más saludable a un ritmo sano sin morir en el intento.

Dra. Gabriela Tórtolo – MP. 24052

Especialista en obesidad y síndrome metabólico

La Posada del Qenti

 

¿Tenés tecnologinitis? Síntomas físicos de la dependencia de las redes

¿Tenés tecnologinitis? Síntomas físicos de la dependencia de las redes

Por Daniel Tangona*

Es el drama de nuestra época. Cuando pareciera que estamos más conectados que nunca, resulta que estamos completamente ajenos a lo que sucede alrededor. Se estima que el 80% de las personas de todo el mundo tienen un smartphone, y el uso promedio es de cinco horas por día, chequeándolo 110 veces diarias. Vemos y percibimos el mundo a través de una pantalla. «Videos, fotos y audios están reemplazando los efectos reales. Un beso pasó a ser un emoticón», apunta Miguel Cané, gerente general de La Posada del Qenti, un lugar de descanso y reparación desde el que sin duda se lucha contra esta alienación.

Sí, en líneas generales tenemos capacidad de comunicarnos con más personas de las que podríamos en vivo y en directo. Pero ¿realmente nos comunicamos mejor? «Lo que en algún momento supuso un avance tecnológico hoy nos esclaviza. Hemos llegado al punto de crear virtualmente mundos individuales a los que accedemos por la ventana de nuestro teléfono», sostiene Cané. Así, ese universo comenzó a competir con el verdadero y el 33% de las personas revisan el teléfono en público muchas veces para evadir esa realidad. El peor costado de esta adicción la vemos en los nativos digitales, los jóvenes y adolescentes que nacieron con el celular y hoy lo sienten casi como una extensión de su cuerpo.

Esta dependencia no es gratuita. Tendinitis, dolores en cuello y espalda, síndrome del túnel carpiano, ojo seco, dificultad para respirar, dolores de cabeza, insomnio, estrés, vértigo, fatiga y mala digestión son algunas de las secuelas relacionadas con su mal uso. ¡Hasta nuestra postura está cambiando! Porque usar el teléfono requiere andar con el cuello inclinado hasta los 60°, lo que equivale a llevar 27 kilos sobre la cabeza.

Mi profesional amigo tiene un gran nombre para esto: tecnologinitis. Además de síntomas físicos, esta patología implica peligrosas conductas sociales. «La dependencia de las redes genera una ansiedad comparable a la que sufren algunos adictos a las drogas». Afecciones como la nomofobia, el terror irracional a no tener el teléfono cerca, o fomofobia, el miedo a perderse de algo que pueda estar sucediendo, son moneda corriente. También lo son los problemas de pareja y la ruptura del vínculo familiar. «Este nuevo hábito disrumpe la soledad, amputa la posibilidad de estar solos, de aburrirnos», dispara Cané. Está disminuyendo la capacidad creativa, al igual que nuestros razonamientos más lógicos (¿quién necesita orientarse cuando tenemos un GPS?, ¿quién necesita guardar un recuerdo en la memoria cuando podemos sacar 53 fotos?). El dilema es que, según el principio de evolución, se irán adoptando nuevas habilidades que hagan falta y descartando las que no se utilicen. «Imagino un futuro de seres humanos con ojos enormes, pulgares largos y cerebro chiquito», sintetiza. La sola imagen aterroriza. ¿Estamos dispuestos a volver a conectarnos con nosotros mismos y los que nos rodean y frenar esta avalancha?

*Inst. Daniel Tangona – Personal trainer

Entrenador Personal Certificado por – NCSF-NCCA –

Universidad de Miami

Fuente: lanacion.com.ar

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